En alguna mañana de domingo tuve la oportunidad de escuchar una entrevista radiofónica que el periodista Humberto Mussachio sostenía con Jorge Hernández, especialista en fotografía y articulista del periódico El Financiero. En cierto momento de la plática, el invitado comentó que la fotografía debería estudiarse en las facultades de filosofía debido a los valores que le asignamos a la imagen. Entre esos valores se encuentra la veracidad, la originalidad, la ruptura, etcétera.
La sola idea me pareció de lo más pertinente, ya que un fotógrafo, como creador de imágenes, pocas veces tiene la preparación teórica como para analizar o argumentar sus propuestas visuales. Al parecer, el aprendizaje de algunas técnicas es más esencial que el tratar de comprender la naturaleza de nuestras propias creaciones.
La imagen fotográfica requiere de un amplio campo teórico para explicarla o comprenderla. En este aspecto guarda relación con los fenómenos que se estudian desde las ciencias de la comunicación; es decir, ese campo del conocimiento se ha visto obligado a tomar prestado de otras áreas, como la ciencia política, la sicología, la sociología, la lingüística o la semiótica, muchas propuestas teóricas para poder emprender sus estudios.
El caso de la fotografía es similar. Cuando hemos deseado superar los aspectos técnicos de la creación de la imagen, nos hemos visto en la necesidad de pensar a la imagen desde otros campos, desde otros términos, desde otras disciplinas, como la historia, la filosofía, la hermenéutica, o los estudios derivados de la semiótica visual, pasando por la iconicidad.
Hemos de reconocer que la mayor parte de los estudios que se han realizado en torno a la imagen fotográfica, han sido elaborados por algunos intelectuales, que han reconocido la importancia de la imagen fotográfica en la vida cotidiana y la han abordado desde distintas ópticas. Entre ellos contamos a Susan Sontag (Sobre la fotografía; ante el dolor de los demás), Roland Barthes (Cámara Lúcida) y Pierre Bourdieu (La fotografía, un arte medio).
Recientemente, los propios fotógrafos han comenzado a contribuir al debate y a los estudios sobre la imagen fotográfica, tal es el caso del crítico y fotógrafo catalán Joan Fontcuberta (Beso de Judas. Fotografía y verdad; estética fotográfica), así como el madrileño Pepe Baeza, quien ha abordado la confusión de géneros en la fotografía actual en la obra Por una función crítica de la fotografía de prensa.
En el caso de nuestro país destaca el caso del fotógrafo Pedro Meyer, quien mediante su página electrónica zonezero, contribuye al debate sobre la fotografía.
Al estudiar dichas obras nos encontramos con un caudal de reflexiones que nos permiten comprender todos esos valores que le hemos asignado a la imagen fotográfica.
Una imagen fotográfica comprende no sólo aspectos compositivos donde destacan las formas y los contrastes tonales; por su carácter polisémico, una fotografía precisa del estudio de su contexto histórico, de sus formas de producción, de su relación con otras áreas del conocimiento. De tal manera, sólo los estudios multidisciplinarios podrán facilitarnos las investigaciones que emprendamos en el campo de la imagen fotográfica.
En la historia de la fotografía ninguna tesis postulada por un fotógrafo ha sido tan llevada al extremo, tan dogmatizada como la del famoso instante decisivo, de Cartier Bresson. Actualmente no podemos estudiar a la fotografía bajo ese corsé tan rígido, sobre todo en estos tiempos de la imagen digital, donde muchos creadores apuestan por el fotomontaje o el pictorialismo.
La llamada era digital no sólo ha revolucionado el quehacer fotográfico, sino que además nos está llevando a cuestionamientos sobre el carácter ontológico de la imagen. Estamos asistiendo al derrumbe del mito de la veracidad y la objetividad que por tantos años han acompañado a la imagen fotográfica.
Estos cambios no sólo han sido abordados por filósofos, sino que los mismos fotógrafos se están preguntado sobre su propio quehacer, ya sea que trabajen la fotografía documental o la imagen de carácter artístico.
Si bien como nunca antes en la historia de la humanidad estamos compartiendo imágenes fotográficas de distinto tipo, hoy, el estudioso de la imagen fotográfica cuenta con abundante bibliografía para tratar de comprender estos fenómenos, esta revolución en el mundo de la imagen.
Asimismo, los encuentros fotográficos como Photoespaña nos están legando interesantes artículos para generar un debate continuo y enriquecedor sobre la fotografía contemporánea.
miércoles, 23 de julio de 2008
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